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Los riesgos de la hipertensión en el embarazo

Icon Fecha 19 septiembre, 2019

La alta presión arterial no sólo puede causar problemas al bebé, sino también a la madre. Cómo controlarla. 

La hipertensión arterial (HTA) puede ser un serio riesgo en el embarazo: es la primera causa de muerte materna y de morbimortalidad perinatal. Se presenta en el 10% de las embarazadas y hasta un 17% sufre lo que se denomina “hipertensión gestacional” o “hipertensión inducida por el embarazo”, que en ocasiones puede plantear complicaciones para el bebé y la madre. 

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias: cuando esa fuerza es demasiado alta, se considera hipertensión. Una persona es hipertensa si su presión arterial (PA) es igual o supera los valores de 140/90 mmHg en dos tomas con un intervalo de 15 minutos.

Los riesgos de la hipertensiOn en el embarazo FOTO nota

La hipertensión durante el embarazo puede ocasionar determinados riesgos que se desarrollan a continuación, pero lo más importante es destacar que es un cuadro que se puede controlar satisfactoriamente, evitando que se ponga en riesgo la salud del bebé y de la mamá. Esto tiene que llevar tranquilidad a las embarazadas. Sin embargo, como en muchas condiciones que afectan la salud, es indispensable detectarla a tiempo y tomar las medidas necesarias. Una consigna infaltable es medirse la presión con aparatos validados. 

Todos los médicos deberían medir la presión a su paciente, más allá de su especialidad, porque la consulta médica es una oportunidad inmejorable para hacerlo. Pero, sin lugar a dudas, el obstetra debe tomarle la presión a la embarazada cada vez que ésta lo visita. 

Los riesgos

Si bien esta patología puede ser un factor de riesgo para problemas cardiovasculares, renales, de vista y accidente cerebrovascular, si no se la controla y se la deja librada a su evolución, en el embarazo suma otros particulares:

  • Puede provocar menor flujo sanguíneo a la placenta, con lo que el bebé podría recibir menos oxígeno y menos nutrientes, con riesgo de crecimiento lento, bajo peso al nacer o nacimiento prematuro. 
  • Desprendimiento de placenta. En los casos graves, puede ocasionar sangrado intenso que potencialmente pone en riesgo la vida de la madre y del bebé. 
  • Lesión en otros órganos como el cerebro, el corazón, los pulmones, los riñones y el hígado, así como en el resto de los órganos principales. 
  • Parto prematuro. En los casos en que hay riesgo de vida, muchas veces se necesita adelantar el parto. Un nacimiento antes de término puede provocar problemas respiratorios, mayor riesgo de contraer infecciones y otras complicaciones al bebé.
  • Aumento del riesgo de tener enfermedad cardiovascular en el futuro

Tipos de hipertensión en el embarazo

La HTA puede presentarse de tres formas durante la gestación: 

  • Hipertensión gestacional. Comienza después de las 20 semanas de embarazo, no suele ser riesgosa y por lo general desaparece durante las 12 semanas posteriores al parto. Pero en algunos casos puedes ser grave, desarrollar preeclampsia y aumentar el riesgo de hipertensión en el futuro.
  • Hipertensión crónica. Es la presión arterial alta que comienza antes de la semana 20 del embarazo o antes de quedar embarazada. También puede terminar en preeclampsia.
  • Preeclampsia. Es un aumento repentino de la presión arterial después de la semana 20 de embarazo, por lo general en el último trimestre. Puede provocar daños al hígado o el riñón e incluso poner en riesgo la vida de la mujer y la de su bebé. La preeclampsia aumenta el riesgo de desprendimiento de placenta así como el de enfermedad cardiovascular futura de la madre.

Cómo manejar la HTA en el embarazo

El control de la presión arterial es fundamental como parte de los chequeos prenatales. Respecto de la preeclampsia, hay además otros síntomas a tener en cuenta, como exceso de proteínas en la orina u otros signos de problemas renales, dolores de cabeza intensos, cambios en la visión, dolor en la parte superior del abdomen, náuseas o vómitos, niveles más bajos de plaquetas en la sangre, función hepática alterada y falta de aire. En el caso de las mujeres que ya tienen presión alta, es conveniente programar una visita al clínico o al cardiólogo previa al embarazo.  

No obstante, la presión arterial puede ser controlada durante la gestación para minimizar sus riesgos. En la actualidad existen fármacos antihipertensivos que pueden utilizarse de manera segura durante el embarazo, y llevar un estilo de vida saludable es otra indicación importante para manejar la HTA. Se recomienda que la embarazada se mantenga activa, que siga una dieta con proteínas y bajo contenido de sodio y que no fume ni tome alcohol.

Fuente: Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, Mayo Clinic, Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.

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