Alerta sarampión: la mortalidad en el mundo creció 50%

Icon Fecha 21 enero, 2021
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En julio de 2020, Argentina cerró el peor brote de sarampión en casi 20 años. En 2019, nuestro país registró 123 casos confirmados (más 56 en 2020), cifras que conformaron la mayor cantidad de casos desde que en el año 2000 se había conseguido la eliminación de la circulación endémica del virus.

Estos datos coinciden con un alza alarmante de la enfermedad a nivel internacional, que ese mismo año, 2019, se cobró más de 200.000 vidas en todo el mundo. Un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) determinó que el sarampión se agravó en 2019 y alcanzó el mayor número de casos en los últimos 23 años. Las muertes a nivel mundial aumentaron un 50% entre 2016 y 2019 y, sólo ese año, el virus causó 207.500 fallecimientos.

La paradoja del sarampión

El sarampión es una enfermedad fácilmente prevenible con la vacunación. Por eso, es paradójico que, en pleno siglo XXI, haya recrudecido, acumule miles de muertes y ponga en riesgo todos los avances logrados hasta ahora. 

De 2010 a 2016 los casos venían en disminución, registrándose ese último año el mínimo histórico, pero desde entonces el aumento fue exponencial.

Según los expertos de la OMS y los CDC que elaboraron el informe, la razón de esta suba está en que no se inmunizó a tiempo a los niños con las vacunas que lo previenen. Todos los mayores de cinco años, incluidos adolescentes y adultos, deben haber recibido al menos dos dosis de vacuna con componente contra el sarampión (monovalente, doble o triple viral). En Argentina, la inmunización contra el sarampión está incluida en el calendario nacional de vacunación, por lo que es gratuita y obligatoria, y durante el brote de 2019/2020 las autoridades establecieron refuerzos para hacerle frente.

La OMS afirma que para controlar el sarampión, y así evitar los brotes y su consecuente mortalidad, las tasas de cobertura de las vacunas que lo previenen deben alcanzar el 95% y mantenerse a nivel nacional y subnacional. Pero a nivel mundial esas tasas oscilan entre el 71% y el 85%, bastante por debajo del 95% necesario.

En Argentina, en 2019 la cobertura de la primera dosis era del 82% y del 80% en la segunda, cuando en 2014 habían sido del 95% y 96%, respectivamente.

Las causas

El auge de los movimientos antivacunas en países como Estados Unidos ha contribuido a que muchos padres no quieran vacunar a sus hijos. Una investigación en Nature determinó que estos grupos encuentran en las redes sociales un campo fértil para propagar los mitos que alientan y que contribuyen a generar desconfianza sobre la probada eficacia y seguridad de las vacunas.

Pero la principal causa de la baja en las tasas de vacunación, en la mayoría de los países, tiene que ver con problemas en el acceso. Esta situación era previa al Covid-19, pero la pandemia no hizo más que agravar el escenario. 

La OMS y los CDC señalan que más de 94 millones de personas corrían el riesgo, a noviembre del año pasado, de no recibir vacunas por la interrupción de las campañas de vacunación en 26 países. Sólo ocho de estos estados reanudaron sus planes de inmunización tras los retrasos iniciales.

La presión que la crisis del coronavirus sumó a los sistemas sanitarios y las medidas restrictivas a la circulación durante la cuarentena incidieron negativamente en las estrategias para combatir todas las enfermedades prevenibles por la vacunación, incluido por supuesto el sarampión.

Para tener en cuenta

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa, potencialmente grave y fatal. La mortalidad global oscila entre un 3% y un 6%, principalmente en personas desnutridas y menores de un año. Este último grupo es el más susceptible de enfermarse y de sufrir complicaciones agudas, como la neumonía y la panencefalitis esclerosante subaguda, un trastorno neurológico que puede presentarse a largo plazo.

Tras el cierre del brote en 2020, Argentina sigue siendo un país libre de sarampión, pero el Ministerio de Salud advierte que el riesgo continúa por los brotes en otros lugares del mundo. Por eso, además de fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica, es necesario mantener un alto nivel de inmunidad en la población, por lo cual resulta imprescindible cumplir con los esquemas de vacunación.

Alerta sarampión

La triple viral (que también protege contra la rubéola y las paperas) debe aplicarse a los 12 meses y a los cinco años. Todos los mayores de 5 años deben acreditar dos dosis de vacuna con componente para el sarampión o confirmar a través de un estudio de laboratorio la presencia de anticuerpos contra la enfermedad. Esto no se aplica para los nacidos antes de 1965, ya que en este caso se los considera protegidos por haber estado en contacto con el virus y no necesitan vacunarse. La vacuna no sólo protege a quien la recibe, sino que genera un beneficio en toda la comunidad, el llamado “efecto rebaño”, clave para frenar al virus.  

Icono InfoFuentes:

Organización Mundial de la Salud, Ministerio de Salud de la Nación, Sociedad Argentina de Pediatría, Nature.