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     Entrevista con la Lic. Luciana Escati Peñaloza Directora de la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (FADEPOF)

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Presión arterial: ¿por qué es necesario controlarla?

Cada año, mueren 10 millones de personas en el mundo por las consecuencias de la presión arterial elevada. En la Argentina, el 40% de la población general tiene hipertensión arterial (es decir, mayor o igual a 140/90 mmHg) de acuerdo con los resultados de la III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo elaborada por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social.

Icon Fecha 04 julio, 2019

3 de cada 10 personas que no se reconocen como hipertensas han registrado presión alta en algún momento durante los últimos dos años. Es decir que un tercio de la población argentina desconoce que padece el factor de riesgo número uno que contribuye a la mortalidad mundial. El desconocimiento en todo el planeta alcanza a la mitad de la población global.

La hipertensión favorece el desarrollo de accidentes cardiovasculares y de infartos, por lo que es clave controlarla.

La presión arterial alta es una enfermedad en la que la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias es tan elevada que llega a lesionarlas, ocasionando problemas de salud. Está determinada tanto por la cantidad de sangre que el corazón de una persona bombea, como por el grado de resistencia al flujo de esa sangre que presenten las arterias: cuanta más sangre bombea el corazón y cuanto más estrechas sean las arterias, más aumentada estará la presión arterial.

El problema de base es que la enfermedad puede tardar años en dar síntomas visibles y hasta es factible que una persona esté padeciendo un pico de hipertensión sin que sienta ninguna molestia.

Sin embargo, puede detectarse el daño que las subidas de presión causan en las venas y en el corazón. Ese daño se acumula a lo largo del tiempo.

Por eso es muy importante realizarse chequeos médicos que incluyan la medición de la presión arterial al menos cada dos años luego de los 18 años. A partir de los 40, los controles deberían ser más frecuentes y lo mismo sucede cuando una persona ya ha sido diagnosticada como hipertensa.

Hay dos tipos de hipertensión: la primaria, o esencial, y la secundaria. En el caso de la hipertensión primaria, se trata de una presión elevada sin causa identificable y que suele desarrollarse con el paso de los años. Por eso es necesario controlarla en forma más periódica a medida que pasa el tiempo: porque la edad es un factor de riesgo de aparición de la enfermedad, debido al endurecimiento natural de las arterias.

En el caso de la hipertensión secundaria, se produce como consecuencia de alguna enfermedad crónica (apnea del sueño, problemas de tiroides, defectos congénitos en los vasos sanguíneos, diabetes, trastornos renales) o por la toma de ciertos medicamentos (por caso, pastillas anticonceptivas, antigripales, descongestivos, y determinados medicamentos).

Además del control frecuente de los niveles de presión, para prevenir el desarrollo de hipertensión arterial es preciso llevar una vida activa y una alimentación saludable y equilibrada, con una ingesta reducida de sal. La dieta es una fuente considerable de exceso de sodio, dado que alrededor de los dos tercios del consumo de sal proviene de panificados y productos procesados o envasados.

presion arterial

Para el control de esta enfermedad cardiovascular, el médico indicará el abordaje terapéutico que considere más conveniente, que muchas veces incluye cambios en la alimentación y –fundamentalmente- la combinación de determinados medicamentos antihipertensivos.

Otros factores de riesgo: antecedentes familiares, sobrepeso u obesidad, fumar, no hacer ejercicio físico, consumir alcohol en exceso y elevados niveles de estrés.

Como consejos generales para la comunidad, es importante destacar que es necesario realizarse los chequeos habituales de salud para conocer el valor de presión arterial. Si uno lo ignora, no puede hacer nada al respecto para prevenir riesgo cardiovascular. De la misma manera, no debe ‘conocer sus números’, tanto de peso corporal, como de nivel de azúcar en sangre (lo que se conoce como glucemia) y de colesterol.

Para seguir conociendo más números, uno puede descargar en su celular alguna de las aplicaciones gratuitas que cuentan los pasos e intentar caminar 10 mil pasos por día, como una medida concreta para cuidar la salud y prevenir riesgos.

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Fuentes:

Ministerio de Salud de la Nación, República Argentina. Organización Panamericana de la Salud, OPS. International Society of Hypertension