Variantes de Covid-19: cómo pueden afectar la eficacia de las vacunas aprobadas

Preocupa si la protección de las vacunas disminuirá. Según expertos, la vacunación rápida de la población puede frenar los problemas causados por las nuevas variantes.

Icon Fecha 10 mayo, 2021

La batalla contra el coronavirus se libra en las salas de emergencia y también en los laboratorios de todo el mundo donde se unen esfuerzos para descubrir las variantes de SARS CoV-2, cómo pueden incidir en la forma en que se propaga la enfermedad y cómo afecta la efectividad de las vacunas ya aprobadas que están suministrándose en gran parte del mundo.

A un año de la pandemia y de una carrera a toda velocidad por producir y distribuir vacunas, la inquietud de la comunidad científica se centra en la posibilidad de que las nuevas variantes se vuelvan resistentes a las vacunas desarrolladas hasta el momento y sea necesario actualizarlas. 

Mutaciones, variantes y cepas

Todos los virus mutan constantemente, a diferente ritmo y con diferentes repercusiones. El SARS-CoV-2 ya lo ha hecho varias veces desde que fue detectado por primera vez en diciembre de 2019 en Wuhan, China y es clave no confundir mutación, variante y cepa.

Al tiempo que se dan los contagios, es decir que el virus pasa de una persona a otra, se van dando ‘errores’ en el copiado y entonces ocurren las mutaciones o cambios en el código genético del virus

Al realizar la secuenciación genética del virus, a partir de las muestras tomadas en diferentes regiones del mundo, los científicos identifican ciertas características por las que dichas mutaciones pueden agruparse en variantes o linajes, a los que se designa con una serie de números y una letra del abecedario, considerando su orden de aparición y su composición genética. 

En los últimos meses, distintas variantes virales del SARS-CoV-2 llamaron la atención de los gobiernos nacionales, que los expertos han calificado que son entre un 30 a un 50% más contagiosas. Ellas son:

  • La variante 501Y.V1 (linaje B.1.1.7), detectada por primera vez en el Reino Unido el 20 de septiembre de 2020. 
  • La variante 501Y.V2 (linaje B.1.351), detectada en Sudáfrica el 8 de octubre de 2020. 
  • La variante 501Y.V3 (linaje P.1, derivado del linaje B.1.1.28), cuya muestra más temprana corresponde al 4 de diciembre de 2020, detectada en Brasil (Manaos, Estado de Amazonas). 
  • La variante de Río de Janeiro o variante P.2 (derivada del linaje B.1.1.28), detectada en Río de Janeiro, Brasil, en octubre de 2020. 
  • La variante Nueva York (B.1.526), identificada por primera vez noviembre de 2020.
  • La variante CAL.20C (linajes B.1.427/B.1.429, California), los linajes B.1.427 y B.1.429 emergieron en mayo del 2020, pero aumentaron su frecuencia de 0% a >50% entre septiembre de 2020 y fines de enero de 2021

En Argentina, de acuerdo con el último informe del Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2 (Proyecto País), creado especialmente por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, en base a muestras obtenidas en CABA, la Provincia de Buenos Aires y Córdoba entre el 1 de febrero y el 15 de marzo, se detectaron las variantes de Manaos, Río de Janeiro, Reino Unido y California, mientras que la de Sudáfrica aún no.

¿Y qué es una cepa? Cuando existen demasiadas mutaciones en el virus que producen un cambio sustancial en su cadena genética se origina la cepa. Las dos cepas o tipos de coronavirus más conocidos hasta ahora son el SARS-CoV-2 y el SARS-CoV, que causa el síndrome respiratorio agudo severo o SARS. Entonces, cepa es cada uno de los nuevos tipos o especies de coronavirus. Lo que ha ocurrido hasta ahora no son cepas, son variantes. 

Vacunas y nuevas variantes

Recientes estudios realizados con la participación de investigadores de las compañías fabricantes indican que afectan de forma desigual la eficacia de las vacunas autorizadas: por el momento, sólo la variante de Sudáfrica podría reducir la protección reportada, se mantiene la eficacia contra la de Reino Unido y aún no se han publicado resultados acerca de la variante de Brasil.

Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, Estados Unidos, hicieron un estudio que muestra que los fármacos y las vacunas diseñadas contra el Covid-19 podrían perder eficacia a medida que las nuevas variantes se vuelvan dominantes. Las conclusiones fueron publicadas el 8 de marzo en la revista Nature Medicine.

También recientemente, la publicación Scientific American le pidió a Namandjé Bumpus, farmacólogo de Johns Hopkins Medicine en Baltimore, y a Ashley Lauren St. John, inmunóloga de la Escuela de Medicina Duke-NUS en Singapur, que respondan algunas de las dudas más frecuentes sobre las vacunas Covid-19, entre ellas si protegen contra las nuevas variantes del virus. Contestaron que “hasta ahora los datos sugieren que la mayoría de las vacunas brindan al menos algo de protección contra las nuevas variantes”

Y agregaron que “sin embargo, se puede ver a partir de algunos de los datos de ensayos clínicos y estudios de neutralización de anticuerpos que las vacunas diseñadas originalmente podrían no ser tan efectivas contra ciertas variantes nuevas, particularmente contra las mutaciones encontradas en la variante de Sudáfrica. En general, las vacunas autorizadas están cumpliendo los objetivos de eficacia y parecen brindar cierta protección contra las nuevas variantes. La mejor manera de evitar que surjan nuevas variantes es vacunando a muchas personas”. 

nuevas variantes covid

No obstante, algunas compañías anunciaron que si es necesario adaptarían sus desarrollos a las nuevas variantes. Actualizar o modificar una vacuna no es algo nuevo y ya se hace cada año con la de la gripe estacional. Y como cada vez más sectores de la comunidad científica apuntan a la probabilidad de que el coronavirus se vuelva endémico, como la gripe, la industria farmacéutica analiza un posible escenario en el que habría que vacunarse cada año contra el SARS-CoV-2. 

En ese sentido, el tiempo de modificación de las vacunas varía según los fabricantes y la tecnología empleada, que puede tomar semanas o meses. En el caso de las vacunas basadas en la molécula ARN mensajero (ARNm), como la de Pfizer, o en vectores virales, como la de AstraZeneca, los especialistas explican  que la actualización se completaría bastante rápido, en una o pocas semanas, porque sólo se necesita actualizar el fragmento del código genético del virus que contiene la nueva mutación.

Pero este proceso llevaría algunos meses más en las vacunas que utilizan virus inactivos o subunidades de proteína, como sería el caso de la vacuna china Coronavac y la estadounidense Novavax, respectivamente. Es que, en estos casos, primero se necesita cultivar el virus o su proteína en un laboratorio y luego purificarlo e inactivarlo para convertirse en una vacuna a gran escala.

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Fuentes:

Nature Medicine; International Journal of Science and Research (IJSR), publicación de Scientific American; Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2 (Proyecto País) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.