Derribando mitos sobre las vacunas
Las vacunas salvan millones de vidas cada año, pero aún existen creencias erróneas sobre su seguridad, eficacia y aplicación. Hoy te dejamos los 6 mitos más comunes al rededor de las vacunas.
1. El acceso al agua potable y a condiciones de saneamiento ayudó significativamente a controlar las enfermedades infecciosas, pero no es suficiente para prevenirlas. Con la gripe y los virus respiratorios, por ejemplo, el lavado eficiente de manos es una medida de prevención muy importante, pero no garantiza la inmunidad frente a los agentes patógenos.
2. Justamente por la vacunación, muchas enfermedades inmunoprevenibles graves se eliminaron o se volvieron muy poco frecuentes en la mayoría de los países. Pero como bien demostró la expansión del coronavirus, en un mundo interconectado como el actual, los virus se expanden más allá de las fronteras geográficas. Otro ejemplo es el del sarampión, una enfermedad que había sido controlada en Argentina y de la cual hoy se vive el brote más severo en dos décadas.
3. Es cierto que tener una enfermedad viral provoca una inmunización natural contra ese virus, pero una infección conlleva riesgos de complicaciones que en algunos casos pueden ser muy severas, como defectos congénitos en la rubéola e incluso la muerte en el sarampión. Las vacunas crean una respuesta inmune similar a la infección, pero no provocan la enfermedad y, por ende, no conllevan sus riesgos.
4. Las vacunas que se administran en el sector privado cumplen con las mismas regulaciones y controles de la ANMAT que las del ámbito público, por lo tanto, ambas son igual de efectivas y seguras.
5. Cada vacuna estimula solo una parte de nuestro sistema inmune, por lo cual recibir más de una al mismo tiempo no va a “sobrecargar” su funcionamiento ni producir otros efectos. Administrar vacunas de forma simultánea es más eficiente porque reduce las visitas al médico y el tiempo de consulta, y también las molestias que pueden sufrir especialmente los niños en la aplicación.
6. Es cierto, pero solo en parte, porque las vacunas incluidas en el calendario de inmunizaciones son OBLIGATORIAS, porque es una cuestión de salud pública, dado que esa decisión personal tiene un impacto colectivo. Aquí entra en juego el concepto de “efecto rebaño”: si un niño de una comunidad no está vacunado pero todos los demás sí, se limitará la expansión de la enfermedad, lo que no ocurrirá si son varios los que no se inmunizaron. Es por eso que las vacunas de calendario son obligatorias.
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud, Ministerio de Salud, Fundación Huésped, Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología, Sociedad Argentina de Pediatría, UNICEF.
Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.